¿Cómo elegir tu tabla de Snowboard?

Cuenta la leyenda que tu snowboard debe quedarte justo por debajo de la barbilla y que nunca puede superar la altura de los ojos, no vaya a ser que te tape los ojos y te la pegues.

Ni caso, estamos en 2024 y la “cosa” ha avanzado mucho. La tabla de snowboard debe escogerse, teniendo en cuenta el peso del rider y el tipo de snowboard que va a practicarse.

Una de las formas en que las fabricas pueden testar las tablas es someterlas a diferentes esfuerzos. Se realizan pruebas de flexión y torsión en los diferentes ejes. Se aplican diferentes fuerzas para estudiar las reacciones que provocan y, al final, una fuerza no es más que eso, un peso más la fuerza de la gravedad.

Con los resultados obtenidos en las diferentes pruebas las marcas establecen un baremo que sirve como referencia para escoger la talla de tu tabla.

Una vez has encontrado la tabla acorde a tu peso puedes jugar con la medida en función del tipo de snowboard que vas a practicar. Buscando tu peso en la “guía” de más arriba es probable que te encuentres entre tres medidas. Vamos a dar por supuesto que pesas 60kg, según la “guía”, puedes utilizar 152, 154 y 156. Vamos a intentar describir a grandes rasgos y sin tener en cuenta la dureza de la tabla lo que ocurrirá seleccionando cada una de las tallas anteriores.

152cm, la guía nos dice que la tabla está preparada para soportar a un rider de hasta 68kg. Estupendo, nos encontramos más o menos entre el máximo y el mínimo, en principio esta sería la tabla más recomendada. Al tratarse de la más corta de las tres, podría ser una buena opción para freestyle (jibbing) o para alguien que se está iniciando, tabla más pequeña, tabla más fácil de mover.

154cm, intermedia, la más versátil de las tres medidas. Seria la opción perfecta para alguien que busca una tabla para todo, alguien de nivel intermedio.

156cm la más grande de las tres y seguramente también la más pesada. Escogería esta medida para alguien con nivel, tabla más grande más estable y también más difícil de mover. Esta board va a soportar mejor la velocidad y también va a ser más estable en los aterrizajes.

De nada servirá todo lo anterior si no tenemos en cuenta el waist o ancho de tabla. Sin ser wide (tabla más ancha de lo normal construidas para riders con pies grandes) este modelo de tabla aumenta su ancho cada vez que sube de talla. Podría ser que tu tabla fuera la 52 pero tu pie te pidiera la 56.

Como decía antes, según el snowboard que practicas puedes aumentar o disminuir el tamaño de tu tabla. Si te dedicas a destruir todas las barandillas que encuentras en el snowpark o eres de los que lleva una pala siempre encima por si nieva y puedes darle a ese spot callejero con el que sueñas, lo ideal es que bajes un poco la medida obtenida a través del peso ¿por qué? Pues por que tienes que moverte rápido, si por ejemplo quieres entrar a un rail rotando no puedes llevar una “puerta” en los pies, eso te para la rotación, necesita un “skate” algo ligero y fácil de mover.

Si en cambio eres un alma libre que busca dejar huella, un freerider de los buenos, entonces necesitas un barco, algo que flote en la superficie, algo de pala ancha que te permita abrirte camino en la nieve fresca. Si este es tu tipo snowboard lo ideal sería que escogieras una tabla más grande, con mayor superficie para flotar mejor. Si repartimos el peso del cuerpo en una superficie mayor (tabla más grande) a cada punto de la tabla llega menos carga con lo cual es más sencillo mantenerse a flote.

Para los locos de la velocidad que buscan alcanzar la velocidad de la luz y quitar las pegatinas a todos los “palis”, entonces necesitas una “flecha” algo largo que te permita ganar estabilidad mientras revientas el crono.

Si lo que quieres es algo para todo, debes tener en cuenta que la tabla perfecta no existe, si es muy buena en un terreno no lo será tanto en otro. Para conseguir esa navaja suiza nos basaremos en las recomendaciones de la marca y buscaremos “shapes” versátiles que puedan aportar mejoras donde las medidas tienen carencias.

El shape, es la forma de la tabla, como está construida. Según el shape podemos encontrar tablas direccionales, diseñadas para ir en un sentido à donde casi siempre tendremos más nose que tail al colocar las fijaciones. Tablas twin diseñadas para ir para los dos lados nos permiten configurar las fijaciones de forma gemela con lo que nose y tail pueden ser iguales. Por último las twin direcionales, un poquito de todo…

El camber es la forma del arco que se crea entre el nose y tail de la tabla. Esta forma puede hacer que tu tabla sea más reactiva, más dócil o que tenga mayor flotabilidad. Podemos encontrar un sinfín de cambers y gran cantidad de tablas hibridas que los mezclan para conseguir lo bueno que aporta cada uno de ellos, a continuación os explicamos lo que aporta cada uno de los principales cambers:

Camber positivo/tradicional: Fácil de reconocer, forma un arco hacia arriba cuando la tabla está sobre una superficie plana. Los puntos de contacto con el suelo están cerca de nose y tail y el centro de la tabla sube. Son tablas, estables, precisas, con mucho pop y potencia. Son buenas tablas para carvear. Se mantienen bien a gran velocidad y son adecuadas para riders expertos. Sin embargo, el camber clásico hace que la tabla sea más reactiva y por tanto más propicia a los contracantos. Este tipo de tablas no son las más adecuadas para riders principiantes.

El camber invertido también conocido como banana es lo opuesto al camber tradicional. En lugar de subir la parte central, suben nose y tail. El punto más bajo está en el centro de la tabla, mientras que el nose y el tail suben y no tocan la nieve. Al contrario que con el camber tradicional el peso del rider se reparte en una mayor superficie y así disminuyen las probabilidades de sufrir un contra-canto, por lo que son tablas buenas para principiantes. Dada su forma curva resulta más sencillo iniciar los giros y como nose y tail tienen esa forma de “cuchara” aportan flotabilidad en nieves profundas. Las tablas banana suelen ser más inestables a altas velocidades, menos precisas y menos reactivas ya que no se deforman mucho y por lo tanto no generan apenas energía al volver a su forma original.

El camber cero/flat, el equilibrio entre el camber invertido y el clásico. La tabla es completamente plana de nose a tail. Conserva las mejores propiedades de ambos cambers, ofrece mejor agarre que el camber invertido pero peor que el tradicional, es más reactiva que una banana y más manejable que un camber positivo. Las tablas flat son ideales si quieres un snowboard para todo, si eres de los que va al parque a última hora después de rular por toda la estuación, este tipo de camber es el tuyo.

Camber híbrido/mixto, se trata de una combinación de los anteriores y busca sacar lo mejor de cada uno. Este camber aporta gran reactividad y aumenta el pop de la tabla ya que al tener una forma tan agresiva se deforma por muchos puntos y al volver a la forma original genera más energía. El rocker en nose y tail aporta flotabilidad y facilita la entrada en curva evitando en mayor o menor medida los contra-cantos.

Cada día es posible encontrar cambers más raros y construcciones más locas, la tecnología avanza muchísimo. Hay que observar estas nuevas tablas con la mente abierta, informarse para aprovechar lo realmente útil y desechar lo que no nos sirve.

En resumen, busca una tabla que se adecuada a tu peso, analiza tu snowboard y cómprala más o menos grande en función de tu snowboard. Ahora ya tienes una ligera idea de las prestaciones de cada camber, escoge el que más se adapte a ti.

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